RESULTADOS BANCARIOS DE 2018: LUCES Y SOMBRAS, POR FRANCISCO URÍA, SOCIO RESPONSABLE DEL SECTOR FINANCIERO DE KPMG
Ex. 2-2.
En general, los bancos siguen avanzando en solvencia y en calidad de su balance, gracias a los esfuerzos realizados en los últimos años en la venta de activos deteriorados o NPLs, su continua reestructuración y el esfuerzo de recapitalización. El sector se encuentra, sin duda, en mejor situación que en el pasado a la hora de afrontar cualquier escenario adverso o menos favorable. Los resultados son, en general, positivos aunque el signo de la política monetaria sigue presionando el margen en el negocio bancario. En todo caso, continúa la mejoría observada en años anteriores, sobre todo en el negocio en España. La mala noticia para los bancos es que, aunque ello pueda contribuir a la mejora de la morosidad, parece posible que en 2019 tampoco se produzca la esperada subida de los tipos de interés, con lo que su margen financiero seguirá siendo estrecho y se mantendrá la presión sobre la cuenta de resultados. Se encuentran en una situación en la que la mejora de sus cuentas de resultados tiene más que ver con lo que pueden hacer con sus gastos y costes que lo que pueden conseguir en el lado de los ingresos. Las grandes inversiones que todos los bancos están realizando en el apartado tecnológico y digital, que lógicamente inciden también sobre sus costes y, por ende, sus cuentas de resultados, no están teniendo todavía el efecto deseado en términos de mejora de la rentabilidad y la eficiencia lo que contribuye también a restar brillo a sus cuentas de resultados. En este sentido, no parece que el año 2019 vaya a traer demasiadas buenas noticias. Seguramente los bancos se conformarán con que no sean malas.