TALENTO Y SOCIEDAD CIVIL
Por Santiago Álvarez de Mon. Ex.19-6-2020.
A propósito de la cumbre de la CEOE, de otra parecida convocada por el Alcalde de Madrid y una tercera sugerida por el primer ministro italiano, se pregunta Santiago¿Por qué celebro tanto encuentro que debiera ser más cotidiano y normal?
Y responde:Por dos motivos fundamentalmente:el primero, mi confianza inquebrantable en el talento y competencia de los mejores. En cualquier actividad humana, la palabra precisa y oportuna, arropada por el esfuerzo y el estudio, inspirada en el saber y en la experiencia, se transforma en un instrumento de diálogo y aprendizaje. El segundo motivo para la esperanza es que percibo que la llamada sociedad civil puede estar cansada, distraída, anémica, incluso asustada, pero que no está muerta.Sinceramente, salvo honrosas excepciones, hace tiempo que dejé de pensar que el cambio vendrá de la clase política. Montesquieu gozará de buena salud si el Poder Judicial cuadra ante el Legislativo y el Ejecutivo desde su independencia. Nuestros hijos tendrán la educación que el futuro va a requerir si los padres y la comunidad académica unen fuerzas. Si no, el adoctrinamiento ideológico los rebajará a la condición de rebaño. Los medios de comunicación dejarán de prestar un papel esencial a la democracia si en sus coqueteos con el poder acaban los dos en la misma alcoba. O espabilamos todos y hacemos cada uno lo que nuestra conciencia nos dicte, y bienvenida sea la discrepancia, el debate, o de esta saldremos tarde y empobrecidos, económica, política y espiritualmente. Una pena, habremos perdido una oportunidad de oro para mostrar nuestra mejor versión como sociedad.